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Salud
NEUROCIENCIAS: LA CIENCIA DEL CEREBRO
Tacto y dolor - 1ª parte
Fuente: Asociación Británica de Neurociencias
Introducción
l tacto es especial (un apretón de manos, un beso, un bautizo). Nos permite nuestro primer contacto con el mundo. Múltiples variedades de receptores, distribuidos por todo nuestro cuerpo, están sintonizados con diferentes aspectos del mundo somatosensorial (tacto, temperatura, posición del cuerpo), mientras que otros se encargan de percibir el dolor.
El poder de discriminación de estos receptores varia en función de la zona del cuerpo, siendo extremadamente sensibles, entre otros, en las yemas de los dedos. La exploración activa es también muy importante ya que interacciona directamente con el sistema motor. El dolor nos informa y nos advierte del daño causado a nuestro cuerpo. Tiene un gran impacto emocional y está sujeto a un gran control por parte del cuerpo y del cerebro.
Todo comienza en la piel
Dentro de la dermis de la piel, por debajo de la superficie, se encuentran inmersos diferentes tipos de pequeños receptores. Estos receptores reciben el nombre de los científicos que los identificaron por primera vez al microscopio, corpúsculos de Pacinian y Meissner, discos de Merkel y los terminales del organo de Ruffini identifican/sienten diferentes aspectos del tacto. Todos estos receptores tienen canales iónicos que se abren en respuesta a una deformación mecánica, creando potenciales de acción que se pueden registrar experimentalmente por medio de electrodos muy finos.
Algunos experimentos sorprendentes fueron realizados hace ya algunos años por ciertos científicos que experimentaron sobre ellos mismos, insertando electrodos en su propia piel y registrando la actividad de determinados nervios sensoriales. Gracias a estos experimentos y a algunos experimentos parecidos en animales anestesiados sabemos que, los dos primeros tipos de receptores se adaptan rápidamente y responden mucho mejor a deformaciones rápidas (sentido de la vibración u agitación). Los discos de Merkel responden mejor a deformaciones duraderas de la piel (sentido de la presión), mientras que los terminales del órgano de Ruffini responden mejor a deformaciones lentas.
Un concepto muy importante con respecto a los receptores somatosensoriales es su campo de recepción. Éste equivale al área concreta de la piel donde cada receptor responde individualmente. Los corpúsculos de Pacinian tienen campos de recepción mayores que los de los corpúsculos de Meissner. Éstos y otros receptores son los que aseguran que vosotros podáis sentir las cosas por todo vuestro cuerpo. Una vez que detectan un estímulo, los receptores envían diferentes impulsos a través de los nervios sensoriales que van a las raíces dorsales de la médula espinal.
Los axones que conectan los receptores del tacto con la médula espinal son fibras mielinizadas de gran longitud que transmiten la información desde la periferia hacia la corteza cerebral, muy rápidamente. El frío, el calor y el dolor son detectados por axones finos con terminales “desnudos” (sin mielina), que transmiten la información más lentamente. Los receptores de cambios de temperatura también muestran adaptación (ver la ventana del experimento).
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En la médula y en el tálamo existen estaciones de relevo, para el tacto, antes de llegar al área sensorial primaria dentro de la corteza cerebral llamada corteza somatosensorial. Los nervios cruzan la línea media de manera que el lado derecho del cuerpo está representado en el hemisferio izquierdo y el izquierdo en el derecho.